Rechazar el chantaje del "antisemitismo" por Atilio Borón
lunes, noviembre 19, 2012
![]() |
Imagen: Internet |
En la andanada de ataques
recibidos por mi condena a esta nueva agresión perpetrada por Israel en la
Franja de Gaza sobresale y se reitera una descalificación: se me acusa de
“antisemita”. Para esos inveterados racistas cualquier crítica a las políticas
genocidas del estado de Israel, cualquier denuncia de sus atrocidades y de su
barbarie sólo puede ser la manifestación de un intenso odio al pueblo judío. Se
equivocan a sabiendas: tamaña confusión entre pueblo y régimen político no es
casual ni gratuita. Constituye, en cambio, el chantaje metódicamente utilizado
por la derecha reaccionaria israelí y sus aliados en el imperio para
desacreditar toda crítica a un suicida curso de acción que, en el largo plazo,
tendrá como víctima al propio pueblo judío.
Es una postura absurda, aparte de
reaccionaria y malintencionada. Recuerda la que exhibía la derecha argentina
cuando calificaba de “campaña anti-argentina” las críticas que desde dentro y
fuera del país se dirigían en contra de la dictadura terrorista cívico-militar
que sembró destrucción y muerte en la segunda mitad de los años setentas. Ella
también confundía maliciosamente pueblo y gobierno como hoy lo hacen los
racistas judíos. Y tanto ayer en la Argentina como hoy en Israel lo que se
pretendía era defender a un régimen político nefasto que, en el caso que nos
ocupa, ha sido denunciado por eminentes personalidades de la comunidad judía,
dentro y fuera de Israel. Son conocidas
–pese a ser silenciadas oficialmente- las dudas que Albert Einstein y el
gran filósofo judío Martin Buber abrigaban en relación a la forma concreta que
estaba tomando la creación del estado de Israel. Y ayer nomás nos referíamos a
Noam Chomsky y las demoledoras críticas que formulara luego de su reciente
visita a Gaza:
http://www.democracynow.org/2012/11/14/noam_chomsky_on_gaza_and_the
La lista de eminentes judíos
disconformes con las políticas del estado israelí sería interminable (Daniel
Barenboim y su noble cruzada pacifista
con el palestino Edward Said se nos viene inmediatamente a la mente) y lo mismo
vale decir de las múltiples organizaciones judías que rechazan esa espuria
identificación entre pueblo y régimen. Una de ellas, denominada Jews for
Justice for Palestinians. Two peoples-one future, tiene como divisa una cita del Rabino Hillel,
del siglo I antes de Cristo, que para horror de los fundamentalistas de hoy día
reza así: “Lo que no quieras para ti no lo hagas a tu vecino. Esto es toda la
Torah. El resto son comentarios.” Por
supuesto que no serán las enseñanzas de ese sabio judío las que escuchen
Netanyahu, su fascista canciller Avigdor Lieberman y los halcones israelíes;
escucharán más bien los torpes balbuceos de sus decrépitos sucesores, movidos
por un odio inconmensurable hacia el pueblo de cuyas tierras se apoderaron, los
palestinos, y de los cuales in pectore se pone en duda su misma condición
humana. Razón por la cual se puede movilizar la infernal máquina guerrera de
Israel contra un pueblo indefenso, sin ejército, sin aviación, sin marina de
guerra, sin status internacional reconocido, bloqueado por aire, tierra y mar,
y encerrado “como animales en una jaula”, recuerda Chomsky en la entrevista
citada más arriba. Por eso es apropiado caracterizar al estado de Israel como
un “estado canalla”, que viola flagrantemente, con el incondicional apoyo del
amo imperial, la legislación
internacional, las resoluciones de las Naciones Unidas y el derecho de gentes.
Ningún chantaje de “antisemitismo” puede
disolver el carácter genocida de estas políticas; ningún ardid
extorsivo, cuya eficacia se ampara en los imperdonables horrores de la shoah
perpetrado por el régimen nazi pero condonado por las potencias imperialistas
de la época, es suficiente para transformar el vicio en virtud o el crimen en
bondad. Y ante ello ningún hombre o mujer puede permanecer callado. El cómplice
silencio de los años treinta y cuarenta posibilitó el exterminio de los judíos
en la Alemania nazi. Esa conducta no debe repetirse.
Cierro esta breve reflexión citando las
actualísimas palabras de León Rozitchner, un gran filósofo marxista, judío,
argentino, fallecido hace poco más de un año. Un maestro en el sentido más
integral del término, que en el “Epílogo” de
un notable libro de su autoría, Ser Judío, se preguntaba lo siguiente:
“¿Qué extraña inversión se produjo en las
entrañas de ese pueblo humillado, perseguido, asesinado, como para humillar,
perseguir y asesinar a quienes reclaman lo mismo que los judíos antes habían
reclamado para sí mismos? ¿Qué extraña victoria póstuma del nazismo, qué
extraña destrucción inseminó la barbarie nazi en el espíritu judío? ¡Qué
extraña capacidad vuelve a despertar en este apoderamiento de los territorios
ajenos, donde la seguridad que se reclama lo es sobre el fondo de la
destrucción y dominación del otro por la fuerza y el terror! Se ve entonces que
cuando el estado de Israel enviaba sus armas a los regímenes de América Latina
y de África, ya allí era visible la nueva y estúpida coherencia de los que se
identifican con sus propios perseguidores. Los judíos latinoamericanos no lo
olvidamos. No olvidemos tampoco Chatila y Sabra”.
Fuente: http://www.atilioboron.com.ar/2012/11/rechazar-el-chantaje-del-antisemitismo.html
0 comentarios